domingo, 18 de octubre de 2015

Pero qué sucedió con la historia de amor de NY...



Toda historia como sabéis tiene dos finales: el feliz y el The End.
El mio fue de película, donuts para despertar, amanecer en un en una habitación de Manhattan, tartas de zanahoria de Carlos, margaritas en un bar...
Pero el Jet lag juega malas pasadas...yo volví antes por temas de trabajo y él se quedó. Nada de esto no nos distanció, a revés él hacía horario español y yo mis noches eran americanas...acostándome a la madrugada.
Decidimos vernos a la vuelta y celebrar mi cumpleaños juntos, todo fue igual que lo esperábamos, pero ya en el segundo encuentro que fue en su ciudad la tensión hizo mella.

Yo empecé con mis exigencias y el miedo se diluyó por mi cuerpo porque me estaba gustando lo que estaba viviendo y no sabía muy bien dónde me llevaría eso. Surgieron mal entendidos que nunca llegué a saber si eran ciertos pero la cuestión que no se hablaron y a día de hoy la duda invade mi mente.

Tal vez la historia tuvo que acabar así porque era la mejor formar de recordar ese maravilloso viaje de Nueva York o tal vez el destino evito un tropezón más dentro de mi lista de "intentos fallidos".

La verdad me dolió, pero estoy escribiendo esto con una sonrisa porque sé que una experiencia como la que tuve no la volveré a vivir en mi vida y qué importa cómo acabase...ahora puede decir como bien dice el refrén "LO IMPORTANTE ES QUE SUCEDIÓ".



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